miércoles, 27 de enero de 2010

Prison Break



Prison Break

Es una de esas series que me recomienda encarecidamente mi hermano y que por esa razón me suelo guardar en el cajón a la espera de algo más atractivo pero el año pasado, en la época de mi pasotismo estudiantil decidí probar suerte con estos convictos que querían escaparse, sobre todo con ese tío que iba tatuado hasta las cejas y no sabía por qué...

Bien... qué sepáis que no me he arrepentido de haberle dado una oportunidad.

Si bien es cierto que el protagonista es el que me parece que tiene menos fuerza (supongo que es porque me parece DEMASIADO racional para ser humano), el resto de personajes son un crisol variopinto de todos los gustos: un condenado a muerte injustamente que ha tenido un pasado de lo más doloroso; un ladrón que lo es para conseguir todo lo que ansía su querida novia a la que ama con locura; un mafioso que nunca sabes para dónde tira; un simpático abuelito que es mucho más de lo que aparenta; un hombre que miente a su familia sobre dónde se encuentra, y por último y no por ello menos importante, el más despiadado, el que tiene horchata en las venas, un violador que me pone los pelos de punta cada vez que se relame.

Según he leído incontables veces, esta serie ha sido prohibida en penitenciarías y ha tenido uno de los éxitos más sonados de los últimos años.

De todos modos, remitámonos a lo que me importa: hablaros de la trama y recomendaros sus puntos fuertes para que vosotros podáis decidir si es una serie que os puede interesar o no.

En Prison Break conocerás a Michael Scofield, un arquitecto muy inteligente que cometió un robo en un banco a mano armada sin pestañear una sola vez y todo para entrar en la Penitenciaría Estatal Fox River y ayudar a su hermano Lincoln Burrows, condenado a muerte por (presuntamente) asesinar al hermano de la Vicepresidenta de Estados Unidos, a salir.

Si no habéis visto la serie en este momento os estaréis preguntando qué narices piensa que puede hacer para salir con su hermano. Pues debéis saber que Michael Scofield tiene todos su plan bien trazado, tan bien trazado que se lo ha tatuado en la piel de una manera encriptada que sólo él sabe descifrar. En un principio parece que Michael depende enteramente de ello pero también deberá valerse de otros convictos con los que tendrá que, incluso, vender su alma para poder sacar a su hermano de ese infierno.

¿Sólo hay infierno en esta serie? No, también hay lugar para el amor, un amor en principio tímido y escondido que en otros momentos te deja sin palabras porque aunque diga que Michael Scofield parece ser un témpano de hielo... a mí hay veces que me ha derretido con su mirada, igual que a la médico de la prisión, Sara Tancredi que también tiene un pasado atormentado.

Esta es una serie que te llega a hacer sufrir, que te hace tener ganas de matar a algún que otro personaje e incluso de que se maten entre ellos pero su fuerza está en la coherencia de sus evoluciones, en la correcta estrategia que siguen y en el plan establecido en el cuerpo de Michael.

domingo, 3 de enero de 2010

Glee



Glee

Ya era septiembre cuando escuché hablar por primera vez de Glee, dos personas de cuyo gusto en series me fío muchísimo me dijeron que tenía que verla porque era algo muy diferente pero yo por esos entonces estaba con la segunda temporada de Prison Break y no quería ponerme con otra serie así que lo dejé pasar.

No fue hasta mi cumpleaños cuando esas dos mismas personas me volvieron a insistir en que la viera e incluso vi el primer capítulo y sí, es algo diferente...



En una televisión en la que las series de adolescentes están protagonizadas por chicos y chicas perfectas, sin un mísero grano en sus cutis tersos y dorados aparece Glee cantando con fuerza.

Esta serie estadounidense de la cadena FOX nació en septiembre de 2009 y desde el principio yo establecí un paralelismo con las películas de High School Musical, era una serie mucho mejor que esas películas y parecía una burla a esas producciones pero investigando un poco, el creador de la serie ni siquiera ha visto esas películas así que mi afirmación era falsa (pero que alguien vea la serie y me diga que no lo ha pensado por un momento).



Glee narra las vivencias de un grupo de alumnos y profesores de un típico instituto americano que se desarrollan en torno a la creación de un coro. A él acuden los marginados de turno: una asiática tartamuda, una chica de color con mucho carácter, un chico con demasiada clase, un chico en silla de ruedas y la chica con complejo de diva. Ahí tenemos al grupo de "perdedores" que son dirigidos por un profesor de español (es la leche ver hablando a alguien americano mi idioma) que ya desde el principio se nos presenta como alguien muy humano.



Al otro lado tenemos a los populares: los del equipo de fútbol y las animadoras. En este punto, la serie me recuerda a la primera entrega de "A por todas" en la que el equipo de fútbol son lo peor pero las animadoras (en el caso de Glee capitaneadas por la maravillosa y guapísima víbora Quinn Fabray) que son entrenadas por Sue Sylvester (para mí el personaje más despiadado y fantástico que he conocido en años de ver series adolescentes) que harán CUALQUIER cosa con tal de hundir al coro.

¿Por qué? ¿Por el simple hecho de aburrirse? No.

Es algo más complicado.



Os recomiendo ver la serie para entender por qué las Cheerios (nombre por el que llaman a las animadoras en este serie) quieren hacer desaparecer al coro. Creo que si la veis estaréis un rato riéndoos de algunas absurdas escenas y disfrutando de las voces y las coreografías que esta serie nos trae.

Aquí os dejo un vídeo. Uno de los primeros que yo vi (allá por octubre jaja)

 
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